En el mundo de la fabricación, la fundición a presión destaca como uno de los métodos más populares para producir piezas metálicas. Con raíces que se remontan a mediados del siglo XIX, este proceso ha evolucionado significativamente, permitiendo la creación de formas complejas con una precisión notable. Sin embargo, como ocurre con cualquier proceso industrial, la fundición a presión conlleva una serie de riesgos, tanto para la operación como para los trabajadores involucrados.